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viernes

Rosario de la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María.

La devoción a la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María nace en Budapest-Hungría por una revelación particular recibida por una madre de familia humilde, llamada Isabel Szantó de Kindelman, que enviudó después de 16 años de matrimonio quedando con 6 hijos que tuvo que levantar a fuerza de arduo trabajo y duras jornadas en labores humildes.

A partir de Abril del año 1961 empezó a recibir estas revelaciones por parte de nuestro Señor Jesús y la Santísima Virgen María, ellos le confiaron el secreto de La Llama de Amor, que es la presencia de Jesús en nuestros corazones. Rezar el Rosario de la Llama de Amor, es un acto más de amor hacia nuestra Madre del Cielo, este Rosario no invalida el Rosario tradicional de los 20 misterios.

Es de un beneficio espiritual enorme rezar los dos Rosarios diariamente. Busquemos un lugarcito en nuestra vida y dediquémoslo a rezar ambos Rosarios, cada minuto que dedicamos a Dios nos lo devolverá en gracias espirituales abundantes que nos servirá para ir al Cielo.

Y no sólo éso, sino cada vez que rezamos los Rosarios de La Virgen María ganamos gracias que van directamente al Cielo y allí estarán esperándonos, nadie nos lo podrá quitar, son nuestras para siempre.
Recordemos que Jesús dijo que ni el ladrón ni la polilla podrán con los tesoros del Cielo.
Amontonemos todas la gracias espirituales que más podamos mientras estamos aquí en la tierra, no desperdiciemos el valioso tiempo que aún nos queda, mañana puede ser tarde.

María ha llenado de gracias espirituales el rezo diario del Santo Rosario. Este Rosario de la Llama de Amor, también tienen gracias abundantes, por eso es un bien espiritual rezarlo todos los días, o al menos dos veces por semana.
Y cuando nos vayamos de este mundo y lleguemos a la eterna felicidad del Cielo, seremos revestidos de ésas gracias extraordinarias y viviremos con ellas eternamente, para pensarlo, ¿no?.

MODO DE REZARLA

Comenzamos haciendo 5 veces seguidas la Señal de la Cruz, en honor de las cinco Sagradas Llagas de nuestro Divino Redentor y Nuestro Señor Jesucristo y besamos la cruz:

“En honor de la Llaga de la Mano derecha de Nuestro Señor Jesucristo”. Hacemos la Señal de la Cruz y besamos la Cruz.
(En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Y besamos la cruz)

“En honor de la Llaga de la Mano izquierda de Nuestro Señor Jesucristo”. Hacemos la Señal de la Cruz...

“En honor de la Llaga del Pie derecho de Nuestro Señor Jesucristo”. Hacemos la Señal de la Cruz...

“En honor de la Llaga del Pie izquierdo de Nuestro Señor Jesucristo”. Hacemos la Señal de la Cruz...

“En honor de la Llaga del Costado de Nuestro Señor Jesucristo, donde brotó Sangre y Agua, para la purificación y la salvación de nuestras almas, Amén”. Hacemos la Señal de la Cruz...

En las cuentas grandes del Rosario recitemos, en el lugar de los 10 Avemarías:

“Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores, y derrama el efecto de la gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.”

En las cuentas pequeñas decimos, en el lugar del Padrenuestro:

“Corazón doloroso e Inmaculado de María, ruega por nosotros que nos refugiamos en Tí".

Y terminamos cada decena recitando 3 veces el Gloria:

“Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu santo, como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén”.

Repetimos la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta decena de igual manera.

Terminamos con la jaculatoria de la Llama de Amor ó con el Avemaría completo, incluyendo la jaculatoria de la Llama de Amor:

Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
ruega por nosotros pecadores,
y derrama el efecto de la gracia de tu Llama de Amor,
sobre toda la humanidad,
ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén”.

Ó también oyendo el pedido de María que incluyamos la jaculatoria de la Llama de Amor en el Avemaría:

Dios te salve María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, María de Dios y Madre Nuestra, ruega por nosotros pecadores,
y derrama el efecto de la Gracia de tu Llama de Amor,
sobre toda la humanidad,
ahora, y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

(Por ser una oración repetitiva, el siguiente modo de orar puede llamarse también “Rosario”).

(Con aprobación eclesiástica, México D.F. 2002.)

Nota: El Rosario de La Llama de Amor, puede variar y ser diferente, pero en esencia es el mismo, es la Llama de Amor que brota del Inmaculado Corazón de María, La Madre de Dios, La Madre de Jesucristo, y que desea ardientemente derramar sobre toda la humanidad con abundantes gracias espirituales para todos sin distinción.
Esta es una feroz lucha espiritual que lleva con satanás, el destructor del mundo, el que arrastra las almas al infierno. María con su Llama de Amor cegará a satanás y arrancará de sus garras las mayor cantidad de almas posible.
Dios nos ha dado un arma poderosa para ayudar a María en esta lucha de la salvación de las almas, la oración, el querer salvar almas, el querer el bien para todos, sin distinción. Ayudemos a María en esta lucha, Dios nos los devolverá sobreabundantemente. En un instante antes de morir experimentaremos el Amor de Dios reflejado en María, una forma de gratitud Divina por haber ayudado a salvar almas para el Reino Celestial.
Sólo en el otro mundo conoceremos el verdadero significado de haber salvado un alma de la condenación eterna.

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